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17 de Octubre 2006
Diario de unos interraileros en la zona E, Día 5
El mal rollo
Cuando nos despertamos, Valerie ya se había bajado a desayunar. Marta esa noche no había dormido mucho porque los niños italianos habían estado celebrando toda la noche que habían ganado y habían armado un jaleo considerable.
Desayunamos hasta ponernos tibios con numerosas tostadas (ese día recuerdo que fue memorable en tostadas) y nos acojonamos al ver que llovía, aunque fue sólo una tormenta pasajera.
Cuando recogíamos las cosas en la habitación, vimos que Valerie estaba ya andando por la calle, así que no pudimos despedirnos como dios manda, una pena, oiga...
Allá tiramos por las pedazo de cuestas que había que subir para salir del albergue y nos fuimos de Luxemburgo, me había gustado esa ciudad...
Ese día tirabamos para Bruselas, lo veíamos en el día porque nos dijeron que no había demasiado que ver e ibamos derechos a Amsterdam por la tarde. Así que allá fuimos para la capital de Europa. Nos bajamos en Bruxelles Centraal, que parecía que podía ser la que estuviera en pleno centro y resultó ser así.
Una vez salimos de la estación tiramos para la catedral, que resultó ser preciosa, pero que nos pareció una pena porque esa zona estaba por todos lados rodeada de edificios de oficinas, cosa que jodía bastante la impresión de la ciudad. Después de las fotos de rigor, fuimos a la Grand Place, que era preciosa aunque había unas gradas puestas para no se que que lo tapaban too, y después ya fuimos a comer lo que pillaramos por allí. Acabamos comiendonos unos kebaps deliciosos en la grand place, bueno, de hecho yo me comí 2 porque a marta le echaron no se que en la ensalada que no le gustaba y me terminé comiendo el suyo, jejeje...
El tío que nos vendió el kebap nos contó la noticia del accidente del metro de Valencia, nos quedamos así un poco trastocaos y cuando llamabamos a casa, preguntamos por esto, que si había transcendio allí, es que tuvo que ser chungo...
Una vez teníamos el buche lleno, fuimos hacía el niño meón, también conocido como Maneken Pis, que nos pareció una diminutez, y después de dar un par de vueltas por algún edificio chulo y una plazuela con alguna que otra vista por allí, tiramos para la estación a coger el tren hasta Bruxelles-Midi, donde otro tren nos llevaría hasta la capital de Holanda.
Fue un largo recorrido en un tren más o menos comodo, pero que acabó petandose hasta las trancas, pero después de unas horas ya estabamos allí, en la Amsterdam Centraal. Un bullicio de gente había allí, gente de todas las clases, guiris como nosotros, gente más de allí que pillaba sus tranvias, que no paraban de ir de un lao para otro, en fin, una ciudad vibrante y completamente desconocida.
Una vez llegados nos pusimos a buscar el albergue, que estaba muy cerca de la estación, a tan sólo un par de manzanas, así que allá fuimos con nuestro mapa... Nos adentramos en unas calles que tenían banderolas por arriba y todo parecía muy festivo... dimos con nuestro primer cofee shop... anda, un sex shop, más coffee shop, gente rara por doquier... anda, nuestro albergue! En pleno barrio rojo!!! Esto nos chocó un huevo, porque nos daba cosa, por aquello de que dicen que cuando se unen droga+prostitución la gente se descontrola mogollón, pero bueno, aún así entramos en el albergue. La recepción parecía más la entrada de un bar-reformatorio que otra cosa, pero nunca está de más la seguridad, de hecho, era un bar porque en la parte baja había barra y sitio para sentarse y fumar tranquilamente. Había la opción de coger un "Locker" que se suponía que era una taquilla, pero que en realidad era un bidón de gasolina con un candado en la parte superior, y que curiosamente para nuestro bidón se quedaba atascada la tapa y teníamos que hacer palanca con una cuchara para poder abrirlo, de ahí la frase: ¿Tenemos la llave y la cuchara? XD. La habitación tenía 18 camas, con lo cual había de todo, incluso gente durmiendo a las 8 de la tarde, a mi curiosamente me tocó la cama que tenía debajo al que llamamos "el vecino del bajo" que era un tío que bien podría por edad ser mi padre y al que envolvía un halo de misteriosidad alrededor de su cama ya que tenía un par de toallas alrededor de su cama impidiendo que se vislumbrara el interior.
Con un shock inicial tremendo bajamos a la calle a ver que más nos podía ofrecer la ciudad aparte del jolgorio y desenfreno, y tras un par de vueltas por las calles adyacentes del barrio rojo, decidimos quitarnos de turismo esa tarde y dedicarnos a probar algunos productos que la madre tierra ofrecía por allí, entramos en un coffee shop, vaya, y el elegido fue el Bull dog, curiosamente el primero que se abrió. Cabe destacar que en aquellas primeras vueltas, comprobamos que no sólo se ofrece por allí drogas blandas,(que es al fin y al cabo comercio normal y que es mucho mejor que pillar a cualquier camello que haya en España, que te va a dar mierda de cualquier clase), sino que hay gente que en la calle te dice por lo bajini coca, extasis, vaya, camellos muy poco discretos, lo curioso es que me pareció que justo después de que un cliente pillara a uno, apareció la policia y fue a detener al que creo yo que era el cliente que había comprado la mercancía. Curioso dato.
Cuando llevabamos un rato dentro del coffee shop viendo y pensando que ibamos a consumir, llegó un empleado y nos ofreció ayuda para decidirnos de un modo curioso: "I'm a drug dealer, just ask me". Y nada, le preguntamos por lo que vienen a ser drogas blandas y nos mandó para el sotano, donde un vendedor ya algo mayor nos acabo vendiendo una de las marías que más colocón pega por lo que parece: La White Widow, 4 petardos sólo de María líados por 12.
Como el bar parecía mu oscuro, decidimos fumarnoslo en la calle, pero después de dar unas vueltas por la zona, no vimos ni un sólo banquito, sólo terrazas de bares y claro, no nos apetecía pagar por sentarnos, así que acabamos fumandonos el primero en un escalón que había al lado de una tienda cerrada.
Al primero Marta ya iba muy relajada y como a Raquel y a mí nos había gustado la sensación, fuimos a por el segundo, pero esta vez nos fuimos a un banquito que estaba al lado de un canal una vez nos alejamos bastante del barrio rojo.
Con el segundo chuflo acabé bastante fumao y nos estuvimos echando unas risas, pero de vez en cuando me entraba el mal rollo al acordarme del albergue, así que ese tiempo que estuve colocado a ratos me rallaba con el mal rollo del ambiente ese, pero weno, la tarde estuvo muy entretenida.
Nos dio también por empezar a andar por la ciudad, y la verdad es que recorrimos zonas muy interesantes, a todo esto, como ibamos fumaos, ibamos muy absortos en nuestros pensamientos. Acabamos mirando la puesta de sol desde unas escaleras que había al lado de un canal en la estación, que era curiosamente el sitio donde subían y bajaban los pasajeros de un ferry que les daba vueltas por la ciudad, con el correspondiente trajinar de viajeros, de hecho, unos se pusieron a hacer fotos justo delante de nosotros, y nosotros ahí viendo la vida pasar... en fin.
Después de dar unas vueltas por el barrio rojo y comprobar que en efecto, hay prostitutas expuestas al retortero en sus escaparates, nos fuimos a dormir al albergue, eso sí con la ropa puesta, que el sitio, no se si os lo he contao aún, nos había dao mu mal rollo.
Posted by Txum at 5:29 AM | Comments (0)
16 de Octubre 2006
Diario de unos interraileros en la zona E, Día 4
Pequeño paseo
Esa mañana nos despertamos en Luxemburgo a la hora justa para desayunar, y como en el hotel estaba incluido, pos allá fuimos a ponernos tibios una mañana más. Bajamos Marta y yo primero ya que Raquel tenía que hacer no se que en la habitación (lalalaaa). El caso es que en medio frances-inglés patatero nos pregunta la camarera muy amable que qué queríamos de beber, si café o té, nosotros en nuestro frances-inglés más patatero aún le respondemos que queremos café y fue al rato cuando nos trae un polemicamente delicioso té que en mi caso decidí no seguir con la maniobra del té después de un par de sorbos y ahí se quedó.
Una vez acabamos, tiramos para la estación, puesto que este día en principio queríamos ir a Bruselas y pasar allí el día para volver esa noche a nuestro querido albergue reservado en el día incorrecto. En la estación dejamos las mochilas y nos cogimos lo indispensable para pasar el día por ahí.
Según ibamos yendo a Bruselas, nos dimos cuenta de que ibamos a tardar 2 horas y pico en ida y otras dos horas de vuelta, asi que pensamos en quedarnos en algún pueblecillo que estuviera en el camino, y así lo hicimos, nos paramos en una ciudad que se llamaba Namur, ya en Bélgica.
Recién bajados del tren, tiramos hacia lo que consideramos el centro de la ciudad, y allí vimos su catedral y algún que otro edificio como muy neoclásico, pero la verdad es que a mí tampoco me gustó demasiado, no sé, no estaba mal, pero comparado con otros sitios (en concreto Strasbourg) no era demasiado bonito...
Llegó la hora de comer y pasando la zona de compras, nos paramos entre tres tiendas de comida rápida, en una ponían fritanga, en otra pasta y en otra ensaladas y alguna que otra cosa que no recuerdo. De la de fritanga pasamos, compramos una ensalada con gambas y remolacha y luego compramos una pizza y lo que llamaba patê o algo así, que era como caracolas de pasta que tenían salsa de queso. Y todo eso nos lo comimos en las faldas de la impresionante fortaleza que hay en la confluencia de los dos ríos que pasan por allí. Al parecer esa fortaleza era una importante plaza defensiva. Cuando comimos subimos para allá y pudimos ver las bonitas vistas desde allí, aunque no subimos hasta arriba del todo porque entre el calor, el cansancio y que no podíamos tirarnos allí too el día nos cortó un poco la visita, pero allá subimos y bajamos después. A recordar un guía que iba con un grupo de turistas y que nos empezó a vacilar y a hablar en español como si fuera un pirata o algo así, jejeje, que majete.
Volviendo a la estación, paramos en un super donde compré un queso muy curioso aparte de fruta y demás cosas.
Volvimos una vez más a Luxemburgo e hicimos otra vez el dichoso camino con las mochilas hacía el albergue, donde esta vez sí, teníamos reserva. Era para una habitación de 4, y teníamos una compañera de habitación.
Nada más llegar, lo único que hicimos fue dejar las cosas e irnos a dar una vuelta por los valles de luxemburgo, verdes y preciosos con parques por un lao y callejuelas, riachuelillos por otro, muy acogedor, la verdad.
A la vuelta, según me estaba yo duchando en la habitación apareció la compañera de habitación, se llamaba Valerie y era canadiense y muy viajera, mu maja ella, estuvimos hablando entre que se duchaban Marta y Raquel y cuando nos bajamos al porche del albergue a comer algo, la ofrecimos bajar con nosotros, pero no quiso.
Una vez abajo, con el revuelo que había porque era el partido Alemania- Italia del mundial, nos pusimos en una mesita detrás de la muchedumbre (que buenas estaban aquellas alemanas) y sacamos todo lo relacionado con el fiambre y la comida y allí nos pusimos las botas, acompañandolas por cervezas que nos vendieron en la barra del bar del albergue. Cuando Italia ganó y los niños italianos y nosotros nos descojonamos por todos los alemanes que estaban allí, la fiesta se acabó y después de un rato nos subimos a dormirla. Por destacar, un personaje canario al que pregunté en inglés si era Italia contra los que jugaba Alemania y ya hablando en español me pregunta que cuantos distritos tiene Madrid ... ¿¿¿??? Yo alucinando...
Y luego otro momentazo, que fue cuando un tío nos dijo en inglés, sois españoles? sí ¿Salís de fiesta? No. Es que no tenía con quien salir y pensé que erais españoles y lo mismo salíais por ahí. xDD
Posted by Txum at 8:24 PM | Comments (0)